Las 5 causas principales de los acúfenos

La causa

Tu audición funciona gracias a los diminutos y delicados pelos de tu oído interno -o cóclea- que vibran en respuesta a las ondas sonoras. Este movimiento desencadena una señal eléctrica que viaja por el nervio auditivo hasta el cerebro, que interpreta el sonido.

Todo muy bonito. Sin embargo, a medida que envejeces, estos pelos pueden doblarse y romperse, lo que hace que transmitan impulsos eléctricos aleatorios al cerebro, provocando el tinnitus.

La exposición acumulativa al ruido también puede contribuir a la pérdida de audición relacionada con la edad. En otras palabras, la exposición a sonidos fuertes a lo largo de tu vida puede dañar tu audición, lo que a su vez puede provocar tinnitus. Como los pequeños pelos de los oídos pueden romperse con el tiempo simplemente por la edad, también pueden dañarse o destruirse por la exposición prolongada a ruidos fuertes.

Esencialmente, cuanto más tiempo estés expuesto a altos niveles de ruido a lo largo de tu vida, mayor será el riesgo de sufrir daños auditivos y tinnitus al envejecer.

Entonces, ¿cómo prevenirlo?

Mucha gente lo ha intentado, pero por desgracia no hay forma de prevenir el envejecimiento. Hasta que llegue ese fatídico día, tendremos que aceptar que todos envejeceremos y que nuestra audición no será tan aguda. Pero eso no significa que no puedas proteger tu audición mientras tanto.

¿Puede una acumulación de cera provocar acúfenos? Por supuesto.

Tus oídos se limpian solos. Cada vez que mueves la mandíbula, la cera del conducto auditivo se desplaza hacia la abertura, donde se desprende, se seca o se descama. Sin embargo, puede producirse una acumulación de cera por una infección de oído, o simplemente si tus oídos producen más cera de la que el conducto puede desplazar. También puede quedar atrapado un cuerpo extraño en el conducto, o una infección puede hacer que el conducto se llene de líquido.

Cuando esto ocurre, la obstrucción puede provocar un cambio de presión dentro de tu oído, que puede ser una de las principales causas del tinnitus.

Aparte de unos hábitos de higiene normales y de no meterte cosas extrañas en el oído, puede ser difícil evitar una infección o un cuerpo extraño. Sin embargo, puedes prevenir la acumulación de cera evitando por completo los bastoncillos de algodón, también conocidos como hisopos.

Aunque estos bastoncillos se presenten como un método para limpiarte los oídos, en realidad hacen mucho más mal que bien. Introducir cualquier cosa en el oído probablemente hará que la cera se introduzca más en el conducto y se compacte contra el tímpano, provocando pérdida de audición y tinnitus.

Así que, aunque es una buena práctica higiénica limpiar el exterior de los oídos, deja que la naturaleza se ocupe del interior.

Tus oídos son sensibles. Y, por ello, son susceptibles a una serie de infecciones, enfermedades y trastornos, como:

• Enfermedad de Ménière: Este trastorno del oído interno se caracteriza por episodios de vértigo, pérdida del equilibrio, pérdida de audición fluctuante, acúfenos y sensación de presión en el oído.
• Trastornos de la Articulación Temporomandibular (ATM): La ATM conecta la mandíbula con el cráneo, y si hay algún problema con esta articulación, puede causar tinnitus.
• Presión arterial alta (hipertensión): La tensión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos del oído interno, lo que puede desencadenar síntomas de tinnitus.

Muchas de estas enfermedades y trastornos están causados por cuestiones que escapan a nuestro control. Pero a menudo, con el tratamiento adecuado, puedes reducir los síntomas. Puede que necesites tomar medicamentos para controlar la enfermedad de Ménière o la hipertensión, o someterte a fisioterapia para los trastornos de la ATM - ambos pueden ayudar a aliviar los síntomas del tinnitus/.

Si crees que padeces alguna de estas afecciones, asegúrate de visitar a tu médico lo antes posible.