¿Te cuesta concentrarte cuando hay varias conversaciones a la vez? ¿Te sientes abrumado por el ruido de fondo? ¿Te estresan la música alta y las luces intermitentes? Podrías tener una sobrecarga sensorial, en concreto, una sobrecarga sensorial inducida por el ruido.
Cuando hay más información sensorial de la que tu cerebro puede manejar, puede producirse una sobrecarga sensorial, que puede hacer que la gente se sienta ansiosa, irritable, fatigada o que le cueste concentrarse.
Cualquiera puede sufrir sobrecarga sensorial, pero es especialmente frecuente junto con otras afecciones, como el TDAH, el autismo y la ansiedad. Puede ser difícil de tratar, pero hay formas de reducir el agobio. Hemos reunido aquí toda la información que necesitas saber sobre cómo detener la sobrecarga sensorial.
¿Qué causa la sobrecarga sensorial?
La sobrecarga sensorial es un tipo de sensibilidad al ruido y, como cualquier otro tipo de sensibilidad al ruido, hay muchas causas potenciales de sobrecarga sensorial, y los desencadenantes pueden variar de una persona a otra. Sin embargo, las luces brillantes, los espacios abarrotados y los ruidos fuertes son desencadenantes frecuentes. La sobrecarga sensorial auditiva puede desencadenarse por sonidos fuertes, como alarmas y sirenas, así como por lugares con mucho ruido de fondo, como los centros comerciales. También puede desencadenarse por ruidos repetitivos o constantes, como zumbidos, y por sonidos inesperados, como un teléfono que suena de repente.
La sobrecarga sensorial puede ser especialmente frecuente en personas con autismo. De hecho, la sobrecarga sensorial es tan frecuente en el autismo que forma parte de los criterios diagnósticos del trastorno del espectro autista (TEA). También es frecuente en personas con TDAH ya que muchos de ellos tienen dificultades para filtrar y procesar la información sensorial, lo que significa que los ruidos de fondo pueden molestarles más que a otras personas.
Pero estar sobreestimulado puede afectar a cualquiera. También puede ir de la mano de otras afecciones como la ansiedad y el TEPT, así como la fibromialgia y la esclerosis múltiple.
Los síntomas clave de la sobrecarga sensorial
Al igual que ocurre con los desencadenantes, los síntomas de la sobrecarga sensorial varían de una persona a otra. Pero algunos de los más frecuentes son
- Dificultad para concentrarse
- Irritabilidad
- Inquietud
- Malestar
- Ganas de taparte los oídos o escapar de la fuente de ruido
- Sensación de estrés
- Sensación de ansiedad
- Frecuencia cardiaca elevada
- Palmas sudorosas
- Ataques de pánico
Para algunas personas, la sobreestimulación auditiva puede ser debilitante. Para las personas que sufren síntomas graves, puede hacer que quieran esconderse de todas las posibles fuentes de ruido - lo que puede tener un gran impacto en su vida social, su salud y su felicidad. Para otros, los síntomas son más leves, pero aún así puede ser difícil vivir con ellos.
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Cómo lidiar con la sobrecarga sensorial
La sobrecarga sensorial puede ser difícil de manejar, pero afortunadamente existen formas de manejarla. Descubra todo lo que necesita saber sobre cómo lidiar con la sobrecarga sensorial en adultos.
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