Ayuda y consejos sobre la misofonía

Por:Liesbeth Keuninckx

Si alguna vez te enfadas al oír a alguien masticar ruidosamente, o se te sube la tensión cuando estás en una habitación con alguien que respira por la boca, es posible que padezcas misofonía.

La misofonía es un odio intenso a los sonidos, como masticar, dar golpecitos, chasquear los labios y respirar fuerte, que hace que las personas con misofonía se sientan irritables, ansiosas o enfadadas cuando los oyen. Mientras que algunas personas con misofonía pueden seguir con sus actividades cotidianas (aunque con los dientes apretados cuando oyen un ruido desencadenante), para algunas personas la misofonía puede tener un impacto significativo en su vida diaria. Puede hacer que eviten situaciones en las que podrían encontrarse con ruidos desencadenantes, lo que les lleva a sentirse aislados y retraídos socialmente.

Pero, por suerte, esto no tiene por qué ser así. Existen técnicas para controlar la misofonía y mejorar tu calidad de vida en general, y hemos reunido todos los consejos sobre misofonía que necesitas en un solo lugar.

¿Qué es la misofonía?

La misofonía es un tipo de sensibilidad al ruido que se caracteriza por una intensa reacción emocional a determinados sonidos, que puede provocar sentimientos de ira, ansiedad y asco. Es diferente de otras afecciones como la fonofobia, que es el miedo a los sonidos fuertes, y también es diferente de la hiperacusia, que es la sensibilidad al ruido que provoca dolor físico en los oídos.

Entendiendo la misofonía

La misofonía no se conoce bien, pero en general se cree que es un trastorno psicológico más que un problema de los oídos. Un estudio descubrió que las partes del cerebro responsables de los recuerdos a largo plazo y del miedo se activan cuando las personas con misofonía oyen sonidos desencadenantes.

Otro estudio descubrió que la afección está relacionada con una conectividad cerebral irregular y una amígdala más grande, la parte del cerebro responsable del procesamiento de las emociones, el comportamiento emocional y la motivación.

Esto significa que, si tienes misofonía, probablemente no necesites que te revisen la audición; es más probable que se deba a la forma en que tu cerebro procesa los sonidos y a tus reacciones emocionales ante ellos.

Cómo afrontar la misofonía

Si quieres saber cómo tratar la misofonía, hay varios tratamientos recomendados:

Terapia de reentrenamiento del acúfeno: ayuda a las personas a enfrentarse mejor a sus sonidos desencadenantes, para que tengan una reacción menos extrema
Terapia cognitivo-conductual y terapias de conversación: para cambiar tu mentalidad a la hora de enfrentarte a los sonidos molestos
Terapia de contracondicionamiento, que se centra en cambiar la respuesta de una persona a un estímulo.

Y si quieres saber cómo afrontar la misofonía en el momento, puedes probar técnicas de relajación como ejercicios de respiración profunda y atención plena. También puedes probar a utilizar tapones reductores de ruido para aliviar los sonidos. No es recomendable que lleves tapones todo el tiempo, ya que podrían empeorar las cosas a largo plazo. Pero pueden ser muy eficaces para aumentar tu tolerancia a los ruidos desencadenantes.