Sobrecarga sensorial de los padres: Causas y cómo aliviarla

Conclusiones clave

  • Cada uno de nosotros es diferente, con una composición sensorial específica y un umbral neurológico para distintas experiencias sensoriales. La sobrecarga mental, la falta de sueño y el estrés pueden aumentar nuestra sensibilidad a los desencadenantes sensoriales.
  • Cuando nuestros sistemas sensoriales están trabajando constantemente, es habitual experimentar una sobrecarga sensorial. Estos síntomas pueden incluir cosas como una sensación general de malestar, sentimientos de agobio, agitación y frustración, e incapacidad para concentrarse.
  • Las causas de la sobreestimulación pueden incluir factores como la sensación de agobio, los olores fuertes, la falta de autocuidado, ver cómo se despliega ante tus ojos una casa constantemente desordenada, el movimiento constante, etc.
  • Existen consejos para mamás y papás sobreestimulados, e incluso consejos sobre cómo detener la sobrecarga sensorial antes de que se produzca. Cosas como dedicarte tiempo a ti misma, dejar el teléfono más a menudo y utilizar tapones para los oídos que reduzcan el ruido.

No hay vuelta de hoja: la vida de padre es agitada.

En medio de los momentos divertidos, los momentos tiernos y los abrazos para dormir, hay un tipo de caos alocado que viene con el territorio.

Discusiones entre hermanos. TV a todo volumen. Timbre de la puerta. Pitidos de teléfono. Con alguna rabieta que otra (todo por la razón realmente racional de que no pueden tener un león de mascota o de que no querían que la leche fuera blanca). Y ni siquiera son las 11 de la mañana.

Oh, la maravillosa vida de ser padre. No hay duda de que es hermosa y gratificante: no hay nada como ver crecer a tu pequeño ser humano. Pero eso no significa que el viaje no se vea frustrado por las rabietas, los tiempos muertos y las lágrimas (y sólo las tuyas). La cuestión es que, como padre, tienes que hacer varias cosas a la vez desde el primer día, en cuanto tu hijo llega al mundo. Es como tener 50 pestañas abiertas a la vez entre las que intentas ir y venir desesperadamente sin olvidar nada.

Y en lo que se refiere a tus sentidos, cuando llega la hora bruja de las 5 de la tarde, a menudo puedes sentirte como en un ataque total. Puede que te encuentres gritando a tus hijos o a tu pareja. Y lo más probable es que ni siquiera estés enfadado, sino sobreestimulado.

La verdad es que los padres de todo el mundo se ven abrumados por estímulos sensoriales, y su capacidad para procesarlos y afrontarlos tiene problemas para seguirles el ritmo.

En esta entrada del blog vamos a profundizar en lo que significa ser un padre sobreestimulado, qué lo provoca y veremos las
formas en que podemos afrontarlo mejor y comprender nuestros desencadenantes. En primer lugar, la sobrecarga sensorial.

¿Qué es la sobrecarga sensorial?

Tus sentidos están ocupados trabajando entre bastidores todo el tiempo. La sobreestimulación se produce cuando uno o varios de ellos reciben demasiada información para que la procese nuestro cerebro. Es entonces cuando corres el riesgo de sufrir una sobrecarga sensorial.

Cuando estás en sobrecarga sensorial, tu cerebro no utiliza sus centros superiores de razonamiento y regulación emocional. Está muy centrado en mantenerte a salvo. Así que tu cuerpo libera hormonas del estrés y el
flujo sanguíneo de tu cerebro se desplaza a los centros primitivos o inferiores. La sobrecarga sensorial no es necesariamente algo nuevo para los padres. Puede ocurrir en cualquier momento de nuestras vidas.

Pero quizá antes de ser padres, la sobrecarga sensorial era más fácil de gestionar. Tenías más tiempo para ti, más horas de sueño y más paz y tranquilidad en general, todas esas cosas que hacen maravillas en la vida para restablecer la tensión.

¬Es seguro decir que la paternidad no siempre aporta la misma sensación de paz. Como padre, con una estimulación sensorial que sobrecarga constantemente tu sistema nervioso, es habitual entrar en un estado constante de lucha o huida en
. Y estar expuesto a esto todo el día, todos los días, puede hacer que la gente se sienta desolada y enfadada, y acabar provocando sentimientos de depresión y ansiedad.

Síntomas de sobrecarga sensorial

La forma en que puede presentarse la sobrecarga sensorial varía de unos padres a otros; por ejemplo, una persona puede ser más sensible a los sonidos, mientras que otras pueden encontrar insoportables ciertas texturas.

Los síntomas más frecuentes son

  • Una sensación general de malestar
  • Sensación de agobio, agitación y frustraciónIncapacidad para concentrarse
  • Incapacidad para ignorar sonidos, olores u otros estímulos sensoriales
  • Ansiedad, o incluso miedo
  • Inquietud
  • Sensibilidad extrema a determinadas texturas
  • Estrés
  • Insomnio

¿Qué provoca la sobreestimulación en los padres?

En lo que respecta a nuestro cuerpo, cada persona tiene una capacidad diferente para soportar las cosas a un determinado nivel antes de estar harta. Piensa en las diferentes reacciones a la exposición al sol o en la cantidad que comen las personas
antes de sentirse saciadas.

Lo mismo ocurre con el procesamiento sensorial: cada uno de nosotros tiene su propia forma de asimilar la información sensorial.

Algunas cosas hacen que el procesamiento sensorial sea más difícil, y son cosas que van de la mano de la crianza. Por ejemplo: la falta de sueño, el envejecimiento y una carga mental estresante. ¿Te suena?

Estas son algunas de las causas habituales de la sobreestimulación:

Parent sensory overload Parent sensory overload

Estás demasiado tocado

¿Has oído alguna vez el término "tocado"? Cualquier padre de niños pequeños lo sabe: no pasa ni una sola hora sin que estés cogiendo algo, recibiendo mimos, meciendo a alguien para que se duerma, recibiendo pisotones y codazos en las costillas. La lista es interminable.

A veces sólo quieres un periodo de tiempo en el que nadie te toque. Ni tu hijo, ni tu pareja, ni los gatos. Ni un alma.

De hecho, en esos momentos, puede parecer que estás completamente saturado de contacto físico, y la idea de que otro ser te necesite es demasiado para soportarlo. En el peor de los casos, puede provocar sentimientos de agobio, pánico e incluso ira.

Tapones para los oídos para padres

Estás de guardia 24 horas al día, 7 días a la semana

La expresión "dormir con un ojo abierto" nunca ha sido más adecuada que para la paternidad.

Desde el momento en que nace tu hijo, eres su persona. Y sobre todo cuando son bebés, estás de guardia 24 horas al día, 7 días a la semana. No hay bajas ni pausas de una hora para comer. Estás en ello y a tope.

The causes of parent sensory overload The causes of parent sensory overload

Sobreestimulación auditiva

También está la lavadora en su décimo ciclo de ese día. Juguetes que cantan. El pitido del microondas. Por no hablar del iPad en uso que te está dando cinco minutos de "paz".

El sonido del llanto de los bebés también es una causa importante de estrés, agobio y sobrecarga sensorial. Consulta nuestro post sobre cómo lidiar con un bebé que llora.

El ruido es una constante en la crianza, así que no es de extrañar que sea uno de los principales culpables de la sobrecarga sensorial que denuncian los padres.

Exigencias físicas

Los niños pequeños tienen que agacharse y recoger muchas cosas. Por no mencionar el balanceo y el vaivén de los bebés pequeños. Y todo esto cuando estás intentando funcionar tras una racha de noches sin dormir.

Todas esas flexiones activan tu sistema vestibular las veinticuatro horas del día.

Puede resultar totalmente abrumador, sobre todo si lo unes a todo lo demás que sufren tus sentidos.

Los niños y sus actividades… bueno… no siempre huelen bien

Hecho: los niños traen consigo una gran variedad de olores. Y a menudo puede parecer un bombardeo para nuestros sentidos, sobre todo si eres sensible a los olores en el mejor de los casos. Está su comida y sus constantes tentempiés. Hay innumerables cambios de pañal. Por no hablar de la loción, los polvos y los medicamentos para bebés.

Nuestros tapones para los oídos

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Observando cómo se desarrolla el desastre

El desorden interminable es estresante para cualquier padre, pero cuando ves cómo se acumula la ropa, los juguetes en el suelo y el ciclo interminable de platos sucios, puede ser enormemente abrumador.

Tus necesidades físicas no están satisfechas

La forma en que te sientes físicamente dentro del cuerpo puede contribuir a la sobreestimulación como padre. Quizá estés cansada o quizá no estés haciendo el mejor trabajo alimentándote. También es frecuente que los padres primerizos padezcan anemia, una enfermedad subyacente en la que no tienes suficiente hierro en la sangre.

Si estás luchando con todos estos sentimientos físicamente, es más probable que tus sentidos luchen con otros estímulos, haciéndote más susceptible a la sobrecarga.

Tu “crítico interno” podría levantar su fea cabeza

«No soy un buen padre» “Hablo demasiado con mis hijos” “Otros padres no son así”.
Es hora de parar. No es nada que estés haciendo mal, es una parte completamente normal del viaje. Da un paso atrás para ganar perspectiva. Cuando ya te sientes ansiosa y atormentada por la duda sobre ti misma, es más probable que tu cerebro haga horas extras, provocando más sentimientos de sobreestimulación.

No hay tiempo para el cuidado personal

RECUERDE: Si experimenta sentimientos de tristeza, depresión o soledad, asegúrese de comunicarse con alguien y hablar con él. Es fácil que los padres se sobreestimulen. No está solo. Los nuevos padres necesitan y merecen apoyo.

Movimiento constante

Cuando hay niños zumbando a tu alrededor hay mucho movimiento. Juegan, corren, saltan, se caen, etc. Puede dejar a los mejores de nosotros con los nervios a flor de piel cuando lo único que buscas desesperadamente es un poco de paz y tranquilidad.

Teniendo todo esto en cuenta, es importante recordar que los niños están hechos para ser ruidosos y bulliciosos. Son necesitados y ruidosos, siempre quieren jugar o abrazar. Pero eso no significa que no les pase factura. Se trata de reconocer nuestros desencadenantes sensoriales para poder disfrutar plenamente de la experiencia de que nuestros hijos crezcan y se conviertan en los increíbles seres humanos que son.

Overstimulation in Parents Overstimulation in Parents

Formas de afrontar la sobreestimulación

Sí, todo es parte de la crianza de los hijos, pero también es importante asegurarse de proteger su cerebro y poder disfrutar plenamente de sus hijos lo mejor posible.

He aquí cómo puedes hacer frente a la sobreestimulación como padre:

  1. Frena la programación. La vida es ajetreada, sobre todo cuando tienes hijos. Pero cuando empiezas a sobrecargar tu agenda, puedes estresarte. Para intentar minimizar la estimulación, reparte las actividades lo mejor que puedas, o elimínalas por completo si es posible. Así creas espacio para recargarte, regular tus sentimientos y dar un respiro a tu sistema sensorial. No puedes hacer mucho.
  2. Acepta que la multitarea no siempre es factible. Puede que te enorgullezcas de tu asombrosa capacidad multitarea. ¿Y por qué no? Pero el problema es que cuando hacemos varias cosas a la vez nuestra atención se divide, lo que significa que nuestro procesamiento sensorial también se divide. Esto deja una ventana casi imposiblemente pequeña para que cualquier otra cosa pueda echar un vistazo (es decir, tus hijos). Así que cuando estés preparando la cena, contestando a un correo electrónico y manteniendo una conversación con tu pareja, recuerda intentar dejar un poco de espacio para las interrupciones sensoriales o las peticiones de ayuda inesperadas. Te ayudará a limitar tus sentimientos de agobio por sobrecarga sensorial.
  3. Programa un tiempo de Quiet. Haz saber a todo el mundo que te vas a tomar un tiempo para ti. Y luego hazlo. Aunque sólo sea un rato en tu habitación de arriba (con un cartel de «no molestar» y todo, ¡si funciona!). Tal vez introduzcas el tiempo de silencio para cuando vuelvas a casa después de una actividad al aire libre. De ese modo, todos entrarán en la rutina y sabrán a qué atenerse. Sabréis que dispondréis de ese tiempo tan importante para recargar las pilas, en lugar de llegar al punto en que el agobio se apodere de vosotros y empecéis a sentiros culpables.
  4. Deja que la tecnología haga lo suyo. La mayoría de los padres estarán de acuerdo: El iPad les ha salvado de muchas crisis. Puede ser una herramienta muy eficaz para distraer a tus hijos y darte el respiro que necesitas. Eso no quiere decir que tengas que poner a tus hijos delante de una pantalla durante horas, pero al dejarles tiempo con el iPad, tú tienes un tiempo muy necesario para recargar pilas. Así podrás volver más fresco y preparado para superar la sobrecarga sensorial y el agobio sin riesgo de estallar. La clave es encontrar un equilibrio y descubrir formas de darte un respiro y reconocer que tu propio bienestar también es una prioridad.
  5. Utiliza tapones antirruido para la crianza. Si tenemos en cuenta que el sonido del llanto de un bebé puede alcanzar los 120 dB (cerca de la intensidad del ruido de un avión al partir), no es de extrañar que el agobio sensorial esté siempre al acecho. Los tapones antirruido pueden ayudar mucho a los padres a hacer frente a la sobrecarga sensorial. Tapones como Loop Engage y Loop Engage Plus. Estos modernos tapones para los oídos están especialmente diseñados para limitar el volumen de la crianza, al tiempo que se aseguran de que no te pierdas ni un latido. Loop Engage son tapones para los oídos que limitan el volumen de la vida de padres reduciendo los niveles de ruido hasta 16 decibelios. Con un canal acústico patentado y un filtro de nueva ingeniería, son 100% seguros de llevar mientras cuidas de los niños. Seguirás oyéndolo todo, pero con un poco más de calma. Además, son ultracómodos y flexibles, y se adaptan a todo tipo de oídos. Si buscas un mayor nivel de reducción del ruido, los Loop Engage Plus parecen los tapones para ti. Son perfectos para reducir el ruido sin dejar de oír todo con claridad cristalina, lo que te permite centrarte en permanecer presente y tranquilo.
  6. Practica el autocuidado. No es sólo una palabra de moda. Es importantísimo para nuestro bienestar. Como padres, casi podemos sentirnos culpables por dedicarnos tiempo. Pero es prioritario que te cuides para prevenir el estrés, la sobreestimulación y el agotamiento: te sentirás más renovado y menos al borde de la ruptura.
  7. Deja el teléfono. La tecnología puede ser una gran ayuda en la crianza de los hijos, sobre todo para combatir la sensación de aislamiento y ayudarte a sentirte más conectado con el mundo exterior. El problema es que también puede ser perjudicial y está relacionada con la sobrecarga sensorial. Cuando estamos siempre con el teléfono, nuestra atención es intensa, por lo que cualquier distracción se convierte instantáneamente en una interrupción. Puede que no seas consciente de ello, pero es una de las principales causas de sobrecarga sensorial en madres y padres de todo el mundo. Limitando el uso del teléfono, también puedes limitar la cantidad de sobreestimulación que experimentas.
  8. Di lo que necesitas. Habla con tu familia sobre la sobreestimulación. Si tus hijos tienen la edad adecuada, no sólo les enseña empatía, sino que también es una buena lección sobre por qué deben valorar también su propio bienestar.
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